jueves, 19 de marzo de 2020

DIAS DE PLAYA

capitulo 3


Capitulo 3
La playa

Por qué no se apuran? – pregunta Fernán mientras corre delante de sus papás, que caminan por la arena cargando sombrillas, reposeras, toallas, lonitas, pelotas, heladeras, termo, comida, protector solar, jugo, juguetes…

Cuando terminan de acomodar todo, Fernán va hasta el agua. Se moja, quieren que lo sequen, se llena de arena como milanesa, quiere jugar a la paleta, a la pelota, toma helado, como choclo, se moja, se seca, pide un barrilete, lo trata de volar con su papá pero no pueden, se moja, se quiere secar, hace pis, se como una medialuna, corre a un perro, salta las olas, se moja, se seca…

Hace una hora que llegaron a la playa y sus papás están cansadísimos.

¿Por qué no hacés un pozo cerquita de las reposeras? – le propone su mamá, mostrándole la pala grande que le compró su abuela.

Fernán se entusiasma con la idea. Un pozo grande, para llegar al otro lado del mundo donde viven los chinos.

Saca arena, Saca arena, Saca arena…

Y sí Fernán es muy exagerado, hasta para hacer pozos. Primero solo entran sus pies pero después de un rato el pozo le llega hasta las rodillas, y al rato hasta la cintura. Ahora, ¡hasta el cuello!

La mamá aprovecha para leer un libro y el papá para tomar sol tranquilo, y no se dan cuenta que su hijo está haciendo el pozo más profundo que nadie cavó jamás en una playa.

Ya no se le ve la cabeza…

-Fer …  ¿ estás  ahí? –pregunta la mamá.

-Sí,  en el pozo… -responde Fernán, y se asoma lleno de arena.

-¡Qué callado está! –comenta el papá, abriendo un ojo.

-Dejalo  -dice la mamá – por una vez que se queda quieto…

Pero Fer no está quieto, porque para hacer un pozo hay que moverse mucho. Exageradamente.  Y como además de exagerado es distraído, deja de cavar para abajo y comienza a ir hacia los costados, haciendo túneles.

La arena también tiene la culpa de lo que le va a pasar, porque al principio estaba dura, pero cuanto 
más avanza Fernán más blandita y húmeda se pone, y más fácil es cavar con esa gran pala que le regalo la abuela y que parece mágica.

Y mientras cava, Fer está seguro de que va a encontrar un tesoro. Y en cada palada piensa que va a encontrar un baúl lleno de… ¡CARAMELOS! Y va a comérselos dentro del pozo para que su mamá no lo vea, ni se los haga guardar para más tarde y tampoco lo obligue a lavarse las dientes después de masticarlos.

¡MONEDAS DE CHOCOLATE!, para devorar aunque después le duela la panza.

¡MONEDAS DE ORO! ¡Eso sería mucho mejor! Así podría ir a juguetería y comprarse todo lo que le daría la gana: un muñeco con avión propio, un auto a control remoto que también vuele, un disfraz de superhéroe…

Y mientras piensa qué comprar, Fernán cava, cava y cava sin parar.

¿Quieren saber qué encontró Fer en el pozo?

¡Un momento!

¡Terminó el capítulo!.

     


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario