miércoles, 18 de marzo de 2020

Días de Playa de Margarita Mainé









































Fernán es un niño muy movedizo.
-¿Podés quedarte quieto?-le dice

siempre su mamá.
-¿Te podes sentar un rato?- le pide el papa´.
¡Cómo si fuera tan fácil!
A veces Fernán intenta sentarse y jugar con un autito sobre la mesa…pero enseguida el auto quiere ir más rápido, se cae al piso y entonces él tiene que tirarse también. Se arrastra con el auto en la mano, justo cuando la abuela pasa y se engancha en sus piernas.
-Ay, este chico! ¡No se puede quedar quieto!
Y sí, Fernán se mueve”casi” todo el tiempo. Digo “casi” porque hay dos momentos del día en los que se queda más quieto que una maceta: cuando duerme y cuando mira televisión. Por eso, si la mamá o el papa quieren hacer algo tranquilos, le alquilan una película o le ponen un dibujito, y saben que Fernán se quedará en el sillón con los ojos y la boca bien abiertos y por un rato no va a mover ni un solo músculo.
Además de movedizo, Fernán es exagerado. Exagerado es cuando uno, de cualquier cosa que hace, hace mucho, demasiado. Por ejemplo, si come, come demasiado; si grita, grita demasiado; si pinta, pinta demasiado; si salta, salta demasiado y entonces todos dicen:
-¿Qué exagerado!
Fernán descubrió que a veces es bueno y otras es malo ser exagerado. Por ejemplo, la abuela se pone contenta cuando come demasiado pero se enoja cuando salta demasiado arriba de la cama, y la mama se ríe cuando él dibuja exageradamente pero le molesta cuando lo que hace exagerado es gritar.
Fernán es movedizo, exagerado y también un poco miedoso. No mucho. Un poco. Le tiene miedo a los fantasmas, a los monstruos, a las maestras que gritan, a las víboras, alos dragones, a los caballos que corren rápido, a los perros que ladran fuerte, a las abuelas cuando se enojan y a la oscuridad. Tiene bastante miedo a la oscuridad, por eso duerme siempre con una luz encendida.
Como les decía, Fernán es movedizo, exagerado, un poco miedoso…
¿Falta algo?
¡Ah! ¡Sí! ¡Qué distraída! Me olvidaba de contarles que también es distraído.
Eso sí que es muy. Muy Distraído, tan distraído que el helado se le derrite en la mano mientras él se pone a pensar a qué superhéroe se parece el heladero…
O la bañadera se desborda y él no se da cuenta de cerrar la canilla…
O no ve un escalón y se hace un chichón.
Le pasan muchas cosas al pobre Fernán.
¿Qué? ¿Quieren saber qué cosas le pasaron en las vacaciones?
¡Tendrán que leer el próximo capítulo!


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