Capitulo 6
Achis
Estábamos justo en el momento que Fernán, oculto por las hojas secas, tenía unas tremendas ganas de estornudar.
_Aaa ….. aaaa….. aaa…
Pero si estornudaba el dragón lo descubría….
¿Cuánto tiempo puede aguantarse un estornudo?
_Aaa… aaa… aaachiiiis!
Finalmente estornudo Fer y todas las hojas que estaban a su alrededor salieron volando de abajo para arriba como si su boca fuera un volcán en erupción.
Niño y dragón se quedaron mirándose uno al otro.
Fernán nunca había visto un dragón de verdad.
Y el dragón nunca había visto a un niño.
-¡Qué boca enorme! ¡Qué ojos rojos! ¡Qué dientes filosos! Pensaba Fernán.
-¡Qué cabeza pequeña! ¡Qué pestañas largas! ¡Qué nariz diminuta!- pensaba el dragón.
-¿Cómo hiciste esto? Preguntó.
-¿Eso qué? – dijo Fernán, que ya se había olvidado del estornudo.
-Ese volcán de hojas que vuelan de abajo para arriba. Siempre vi las hojas volar de arriba para abajo pero nunca como vos lo hiciste.
-Estornudé dijo Fernán con simpleza.
-¿Me enseñas? Preguntó el dragón.
-¿No te saldrá fuego por la nariz?
-No. Solo me sale fuego cuando estoy enojado- Dijo el dragón.
Entonces Fer empezó a hacer cosquillas con una hoja bajo la nariz del dragón, mientras le explicaba cómo era un estornudo. Probaron una y otra vez pero al dragón le daba risa, después le daba tos, pero no le daba ningún estornudo.
Por suerte Fernán era exagerado y le hizo tantas pero tantas cosquillas en la nariz que de repente…
-¡AAAAACHIIIIIIS!
No se imaginen que le salió como el estornudo de Fernán. Fue el estornudo más fuerte que jamás hayan visto, fue realmente como un volcán en erupción, como si un terremoto moviera el mundo.
Con la fuerza de ese estornudo, Fernán salió volando por los aires con un millón de hojas amarillas revoloteando a su alrededor.
Subió, subió, subió….
Pero como lo que sube después baja…
¿Y donde cayó Fernán?
Cayó justo en el poso que estaba oculto por las hojas, con tanta fuerza que empujó a su papá, que quedó sentado cola en el piso mientras veía asomar del pozo a su hijo, lleno de arena y de hojas secas.
-¡Hijito querido! Gritaba la mamá, tratando de encontrar los ojos de Fernán debajo de tantas hojas.
-¿Dónde estabas?- preguntó el papá con la boca torcida.
-En un bosque… era otoño y había un dragón…
-No empieces a exagerar. ¿Tenés hambre? ¿Querés un choclo?- Dijo la mamá y se lo llevó corriendo a buscar al choclero que empujaba su carrito cerca del mar.
Capitulo
7
Invierno
Después de comer el choclo, Feráan quiso bañarse, secarse,
jugar a la paleta, saltar en la cama elástica, barrenar las olas, tuvo frío y
se puso la campera, tuvo valor y se la saco, comió galletitas, una banana, se
mojó, se secó y se volvió a abrigar...
Cuando el papá logró sentarse un momento en la reposera le
dijo:
-¿Por qué no seguís jugando en el pozo, Fernán?
La mamá lo miró con cara de "¿Cómo vas a mandarlo al pozo
otra vez, después del susto que nos dio?". Pero dijo:
-Está bien, Fernandito, pero aquí cerca nomás. No te metas tan
adentro, ¿sí?
Fernán ni oyó la pregunta. Ya estaba con la pala en la mano
arreglando su Pozo, que había quedado bastante desprolijo por culpa de las
hojas secas.
-Qué raro que haya hojas secas en la playa- dijo la mamá,
mirando el pozo.
-No es raro-explico el papá, que sabía mucho- El mar puede traer
cosas hasta del otro lado del Océano.
Y mientras ellos hablaban, Fernán cavaba otra vez buscando el
bosque y el dragón, al que ahora le había perdido el miedo. Pero distraído como
era, equivoco el camino y en vez de ver algo amarillo al fondo vio algo Blanco.
-¿Qué será? - se pregunta Fernán-. ¿Una nube?, ¿una oveja?,
¿un helado de limón?
¡A Fer le encanta el helado De limón!
Otra vez cavó y agrando el Pozo hasta que pudo llegar a ese
Blanco que estaba al final, pero cuando estaba llegando le dio mucho frío.
-¡mamáááááááá! - grito, mientras volvía a asomarse a la Boca
del Pozo.
-¿qué?
-¡Quiero la campera! - gritó. Su mamá le alcanzo la campera y
le pidió algo imposible:
-No la llenes de arena.
-No, Mami-dijo Fernán, y volvió a internarse en el pozo.
-Que pozo enorme, ¿no? - dijo la mamá, sorprendida-. ¿Hasta dónde
llegará?
-Hasta el Polo Norte, Mami-dijo Fernán a los gritos. Y su mamá
escucho:
- Hasta El polo Norte, mami.
-¡Que gracioso! - dijo la mamá-. Dice que va al Polo Norte.
¡Este Chico tiene tanta imaginación!
Claro que nosotros sabemos que no es la imaginación de Fernán.
Cuando asomó por el pozo sintió un frío helado, porque el blanco no era de nube
no de carpa ni de helado de limón; el Blanco de nueve y de hielo.
Menos mal que Fernán tenáa las ojotas puestas, porque sino se hubiera quemado los
pies. ¿Que no se quemaría porque no hay fuego? El hielo también quema y eso Fernán
también lo sabía porque se lo leyó la maestra en un libro de Ciencias.
-¡Aquí no está el dragón!- pensó Fernán con tristeza.
El blanco era más aburrido, no había hojas para saltar, pero…
¡Había hielo para patinar!......
Hola no podemos ver el capítulo 7
ResponderBorrarlo resolveremos en breve. Gracias
ResponderBorrarGracias!!!
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